Estimada Sara Aagesen,
En primer lugar, queremos felicitarle por su nombramiento de ministra de Transición Ecológica y el Reto Demográfico y vicepresidenta tercera, y sus primeras palabras agradeciendo a los científicos su labor y manifestando que los científicos protegen al resto de la sociedad. En segundo lugar, valorar su perfil claramente técnico al frente de un ministerio tan amplio y complejo como el actual de transición ecológica, que incluye competencias tan diversas y complejas como energía, aguas, biodiversidad, economía circular y reto demográfico.
Como sabe, desde ALIENTE, hemos contemplado con espíritu crítico el actual modelo masivo de desarrollo de energías renovables, caracterizado por la rapidez de las instalaciones a gran escala, en muchas ocasiones con escasa o deficiente evaluación ambiental y con frecuente troceamiento de diversos proyectos para no tener que aplicar la evaluación ambiental y con profundos impactos sobre la biodiversidad y el paisaje. Nos preocupa, también, la gran desigualdad en la implantación de renovables entre comunidades autónomas y municipios, donde existen comunidades autónomas sin ninguna instalación frente a otras sobrecargadas y ya determinadas como territorios de sacrifico en manos de grandes fondos de inversión. Y finalmente, señalar que es una realidad que este modelo de renovables asociado a un modelo industrial no crea prácticamente nada de empleo en el medio rural y tampoco fija la población.
Es difícil entender por qué no se están impulsando proyectos en vías férreas, autopistas, canales de riego y zonas degradadas en general, tal y como ya se hace en otros países, en lugar de ubicar siempre las plantas fotovoltaicas en terrenos dedicados a la agricultura. Por otra parte, también hemos sido muy críticos respecto a la falta de apoyos y la enorme complejidad de llevar a cabo comunidades energéticas; actualmente es más sencillo implantar instalaciones fotovoltaicas masivas que instalar una comunidad energética, como demuestran las estadísticas. Por último, también hemos visto con estupor que el fuerte impulso al autoabastecimiento dado en el año 2022 se desplomó en el año 2023 y el 2024. Mientras, las subvenciones prometidas a los particulares todavía no han llegado en la mayoría de las ocasiones y persisten fuertes problemas para la evacuación de los excedentes en las instalaciones industriales
Vemos con especial preocupación el desarrollo masivo que se quiere impulsar en el PNIEC 2023 (de implantación rápida): el objetivo eólico se incrementa desde los 30 GW hasta los 66,3 GW. Más aún crece la ambición en materia de fotovoltaica (FV) que propone 76 GW, lo que supone mucho más que triplicar la potencia FV ahora mismo instalada (21 GW). Todo este enorme despliegue masivo de fotovoltaica y eólica (en tierra y en mar) se quiere realizar en muy poco tiempo, sólo en seis años, lo que sin ninguna duda implica poca participación pública y efectos graves en la biodiversidad, en el paisaje y en el sector agrario. Por otra parte, vemos absolutamente inalcanzables los objetivos en coche eléctrico con 450 mil actuales y se esperan 5,4 millones en 2030, así como en rehabilitación energética, 70 mil de ritmo anual y se pretende llegar a 1,38 en M en 2030. La creación de empleo cifrada en El Plan Nacional de más de medio millón de empleos también nos parece inalcanzable.
Estimamos muy importante mencionar que este Ministerio antes se llamaba Ministerio de Medio Ambiente, que no es lo mismo que Cambio Climático. También queremos recalcar que la transición energética no es ecológica si se hace a costa de perder la biodiversidad; de hecho, la biodiversidad es muy importante para lograr atenuar el cambio climático. En el VI Informe de evaluación del IPCC, en el grupo de trabajo III, se recalca que, de todas las actuaciones que se pueden hacer para luchar contra el cambio climático, la más importante, antes de cualquier acción humana, tiene que ser la preservación de los ecosistemas.
Le enviamos los 10 puntos que siguen a continuación, denominados Manifiesto de Sevilla, que se aprobaron en las “Jornadas de escucha a la Ciencia y al Territorio ¿Transición Ecológica o Especulación Energética? Hagamos las cosas bien” celebradas el 24 y 25 de octubre de 2024 en la Universidad Pablo Olavide (UPO) con fuerte participación académica y de científicos.
Los videos se pueden ver en: https://aliente.org/una-transicion-energetica-correcta-y-sostenible-es-necesaria-y-desde-la-universidad-se-corrobora
Como resumen de lo anteriormente dicho nos gustaría comentarle dos proyectos que se están ejecutando actualmente y que nos parecen absolutamente insostenibles, por una parte, el del clúster del Maestrazgo en Teruel con un tremendo impacto paisajístico y sobre la biodiversidad y, por otra parte, el despliegue en Jaén, en Lopera, de plantas fotovoltaicas que van a suponer el arrancar mas de 100 mil olivos centenarios.
Todas estas razones administrativas de aceleración de plazos, de incumplimientos de legislación y de falta de participación y empleo están originando una gran desafección social hacia las renovables que al final origina una judicialización de los proyectos, con la consiguiente ralentización de los procesos de implantación de renovables. Por ello le urgimos un cambio en las políticas en estos hechos.
Nos gustaría poder hablar de todos estos temas e intercambiar ideas con usted y su equipo sobre cómo realizar una transición ecológica y no solo energética, que evite los fuertes impactos sobre la población y los ecosistemas que hemos visto hasta ahora. Por ello solicitamos una reunión.
Esperando su respuesta y deseándole la mejor de las suertes en estos años tan claves en la lucha contra la emergencia climática, que también son claves para la conservación de la biodiversidad y para el mantenimiento de la población en el medio rural.
Atentamente
Equipo coordinador de ALIENTE
Renovables SI, pero NO así.
MANIFIESTO DE SEVILLA 2024
En 2024, España sigue impulsando las energías renovables insostenibles basadas en la especulación y en el desarrollo masivo de instalaciones a gran escala realizadas con mínimas garantías ambientales, sin el consenso social necesario y buscando el máximo desarrollo en el mínimo tiempo.
El nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) marca objetivos para los próximos seis años que incurren nuevamente en los mismos errores, en un contexto de disminución de la demanda energética.
Es necesario acabar con las burbujas especulativas que ponen en riesgo tanto nuestro futuro como país como nuestro planeta, con megaproyectos poco sostenibles, obviando los verdaderos problemas como son el empobrecimiento de nuestros suelos, la necesidad de un cambio agroalimentario, la escasez y contaminación del agua, el avance de la desertificación, la dramática crisis de biodiversidad y la escasez de recursos naturales por la sobreexplotación de los mismos.
Insistimos en realizar un cambio radical en la política energética y ambiental, con el conocimiento de las universidades y el ámbito científico, basado en los siguientes diez puntos:
1. Establecer una moratoria sobre la instalación de renovables de todos los proyectos que provocan especial alarma social y/o un evidente impacto ambiental, social y de empleo, como los que actualmente se están ejecutando en Andalucía, que destruyen valiosos ecosistemas agrarios como vegas y espacios de campiña, cerealistas o de olivar, u otros proyectos con gran impacto en el medioambiente y sobre espacios de la Red Natura 2000, como sucede en el Maestrazgo (Teruel).
2. Detener el despliegue de renovables en zonas agrarias y forestales mientras no se tengan los estudios científicos necesarios que permitan conocer realmente los impactos de estas instalaciones industriales en la biodiversidad. Es imprescindible realizar las modificaciones necesarias en la ley de evaluación medioambiental y en los estudios de impacto y de vigilancia ambiental, estudios que no deben dejarse en manos de las empresas y entidades privadas promotoras de dichas instalaciones.
3. Planificar el despliegue de renovables teniendo en cuenta el conocimiento y los estudios científicos, y respetando la biodiversidad y las poblaciones rurales. No se pueden seguir ignorando los dramáticos datos de mortalidad de especies amenazadas y, en teoría, protegidas por nuestra legislación. Esta planificación de las renovables también precisa siempre de una Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) para cumplir con la legislación de la UE.
4. Realizar un seguimiento detallado de la implantación realizada hasta ahora de las renovables, con transparencia y rendición de cuentas. Eliminar las megainstalaciones de producción de energía renovable que presentan un gran impacto paisajístico, sobre la biodiversidad y/o sobre el medio productivo primario. Por otro lado, es fundamental restaurar los ecosistemas locales.
5. Dimensionar la instalación de renovables acompasada con la demanda energética real para evitar que el exceso de producción eléctrica se pierda, como está sucediendo actualmente, dado que se está generando dicho exceso al mismo tiempo que disminuye la demanda de electricidad.
6. Impulsar el desarrollo de superficies solares en zonas antropizadas con el mínimo impacto ambiental, económico y social: superficies comerciales, polígonos industriales, parkings, y todo tipo de infraestructuras existentes, áreas ferroviarias, zonas de autopistas y demás infraestructuras terrestres, zonas mineras de mínimo impacto, canteras, vertederos cerrados, invernaderos, canales de riego, zonas degradadas, etc., para evitar ocupar ecosistemas agrícolas o forestales que tienen mucho mayor valor ecológico.
7. Analizar los problemas asociados al funcionamiento diario de las instalaciones, en el corto y medio plazo, y a su desmantelamiento: degradación de los suelos, erosión, contaminación, generación de residuos industriales, reciclaje y limpieza de palas, aceites, restos de instalaciones, etc. El análisis de los problemas debe incluir los efectos de estas instalaciones industriales sobre la salud humana y los posibles efectos sobre ellas mismas de los fenómenos meteorológicos extremos. Hay que realizar un análisis completo del ciclo de vida y su huella de carbono (minería de las materias primas, transporte, construcción e instalación, mantenimiento y desmantelación, etc.) tanto en la producción por grandes aerogeneradores como en las instalaciones masivas de placas fotovoltaicas.
8. Evitar la desigualdad de implantación de megaproyectos tanto en comunidades autónomas como en municipios con condiciones similares. Actualmente las comunidades autónomas que más consumen son las que menos producen, mientras otras comunidades (zonas de sacrificio) son ya exportadoras de energía y aun así se siguen implantando proyectos de energía renovable en sus territorios.
9. Promover y fomentar con ayudas públicas que todos los hogares puedan instalar en sus tejados o fachadas hasta 3,5 kW sin ningún tipo de permiso, respetando siempre las figuras de protección del patrimonio que puedan existir, para conseguir un desarrollo masivo de las instalaciones de autoabastecimiento. Fomentar asimismo las comunidades energéticas, haciendo que lleguen al máximo número de habitantes en zonas rurales y urbanas. El autoconsumo y las comunidades energéticas son la mejor herramienta para impulsar el desarrollo de las zonas rurales y para luchar contra la pobreza energética, muy presente también en las áreas urbanas. Es urgente eliminar las trabas al vertido de excedentes en las instalaciones de autoconsumo de las PYMES, lo cual facilita mejorar su competitividad.
10. Aumentar la participación pública e informar adecuadamente en las poblaciones rurales sobre las oportunidades reales de desarrollo que ofrecen las instalaciones masivas de producción renovable: no crean empleo en el lugar de su ubicación, no ayudan a fijar población (de acuerdo con los informes del Banco de España), y por tanto no favorecen el desarrollo sino la despoblación. Controlar el uso abusivo que se está haciendo de la figura de “declaración de interés público” con el fin único de expropiar a los legítimos propietarios de la tierra para la obtención de un beneficio económico totalmente privado.
En definitiva, la transición energética debe guiarse por los principios de:
- Eficiencia y sobriedad; la transición energética debe ahondar en el ahorro y la eficiencia en el uso de la energía, incluyendo el decrecimiento como variable macro en la ecuación.
- De solidaridad; la transición energética debe contribuir a solucionar la pobreza energética, y también a disminuir las desigualdades entre territorios, y no a exacerbarlas.
- De sostenibilidad; la transición energética no puede realizarse a costa de la destrucción de la biodiversidad y de los recursos naturales.
- Y de participación democrática; la ciudadanía tiene el derecho de participar en la toma de decisiones y de elegir libremente qué modelo energético quiere.